miércoles, 11 de enero de 2017

¿Te acuerdas de Stjepan Bobek?



- De aquellos futbolistas más recordados por los viejos yugoslavos, considerado entre los mejores jugadores europeos de su época y un ser admirado por el mismísimo Ferenc Puskás. El húngaro, un gran mago del balón, llegó a confesar que siempre idolatró a Stjepan Bobek. Lo describió como un futbolista con nobleza, un tipo capaz de hacer auténticas virguerías con el balón y un ejemplo a seguir en el mundo del balompié. Bobek era capaz de burlar a cualquier defensa, e incluso ridiculizarlo con un ligero toque de tacón que pusiera en peligro su meta, eso sí, siempre señorialmente.

En cualquier punto de los Balcanes y a cualquier vecino de la Antigua Yugoslavia que se le pregunte, responderá que el mejor jugador de todos los tiempos fue Stjepan Bobek. También los números hablan a su favor, pues este hombre no solo lidera la tabla de goleadores internacionales por Yugoslavia con 38 dianas, también es el quinto futbolista con más apariciones, concretamente 63.

- En el cuadro de honor de la extinta selección hay lugar para Vujadin Boskov, Safet Susic, Rajko Mitic, Dragan Dzajic o Branko Zebec... Pero sobre todo hay sitio para este gran delantero yugoslavo que nació en el antiguo Reino de Yugoslavia, en la actual capital croata de Zagreb (3 de diciembre de 1923).
Bobek actuaba como mediapunta o "nueve", siendo la última su mejor posición debido a su enorme acierto de cara al gol. Y es que siempre fue reconocido por eso y por su indudable técnica y visión de juego. La calidad siempre llevó su nombre.
A edad muy temprana ya se le veían esas virtudes. Empezó a jugar a principios de los años treinta para el HŠK Derbi. Con trece años ya jugaba para Viktorija, un club de la liga inferior con el que utilizaba los papeles de registro de su hermano para poder jugar al fútbol. Eran otros tiempos bélicos, quizás más duros que los de la secesión yugoslava pero a nivel mundial, puesto que en 1939 estallaría la temible Segunda Guerra Mundial, justo cuando Bobek estaba a punto de fichar por el club más importante de su ciudad natal. Y allí permaneció mientras un planeta entero se paralizaba. En el S.K. Zagreb permaneció entre 1938 y 1942, haciendo sus primeros regates, sus primeras jugadas y sus primeros goles. Entre 1942 y 1945 juega para varios equipos. Pasó de jugar en el HŠK Ličanin croata a viajar a Austria para formar parte del Admira Wacker Mödling. Regresó a Croacia y acabó su relación con el Ličanin para fichar por otro club de su ciudad en 1944, el histórico Građanski Zagreb.

No saldría de su ciudad hasta finalizar la Segunda Guerra Mundial, aunque no sería para irse muy lejos. Stjepan se trasladaría a Belgrado en 1945 para entrar en un club que gozaba de gran prestigio en la entonces patria yugoslava, el Partizan (perteneciente a la actual Serbia). Allí transcurriría la mayor parte de su vida deportiva, entre 1945 y 1959.

Con el club de Belgrado conquistó dos títulos de Liga y cuatro Copas yugoslavas, además de figurar como máximo goleador en la campaña 1953\54 con 21 goles. Ya había reinado la tabla de goleadores de la Liga en 1945, aunque su mejor momento fue a partir de su llegada al Partizan, donde barrió todos los récords.

Y seguimos con números que asustan. Bobek anotó nueve goles el 8 de junio de 1946, en un partido de liga disputado en Niš entre Oktobar (actual FK Železničar) y Partizan (1-10). Este es un récord que nunca se ha roto hasta el final de la Primera Liga Yugoslava o en sus ligas sucesoras tras la secesión del país.
Si Bobek merece estar en el cuadro de honor en su selección por sus números, también debería serlo en la sede del Partizan, ya que en sus casi quince años ligado al club, Stjepan disputó un total de 478 partidos en los que hizo 425 tantos. ¿Escalofriante, verdad?. Retirado del fútbol como jugador, el legendario delantero inició una larga carrera como entrenador.

Bobek es el histórico máximo goleador de la Selección de Yugoslavia con 38 tantos.

- Ha participado en dos Mundiales (Brasil 1950 y Suiza 1954) y se perdió la primera Eurocopa de la historia por haberse retirado del fútbol cuando sus piernas ya no seguían a su talento. Aunque sí pudo en dos ediciones de los Juegos Olímpicos en los que Yugoslavia se hizo con dos medallas de plata. En los JJ.OO. de Londres 1948 anotó cuatro goles, mientras que en los de Helsinki 1952 hizo tres.

Poco más puedo decir sobre este formidable jugador. Faltan palabras para describir a un futbolista sobre el que he leído y oído maravillas. Es una pena no haber vivido sus tiempos para disfrutar de aquel fútbol con sabor añejo con el que Stjepan Bobek deleitaba a la afición. El fútbol lloró su muerte el 22 de agosto de 2010, cuatro años después de que se fuera su gran admirador, el legendario delantero Ferenc Puskás.

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