- Es considerado uno de los mayores fiascos que han aterrizado en la Liga Española. Fichó por el Real Madrid como un jugador prometedor con cartel de estrella, una perla de la Antigua Yugoslavia, pero acabó yéndose por la puerta de atrás. Sin embargo, muchos de los que admiramos el fútbol balcánico sabemos que este delantero poseía calidad. Quizás no debió aterrizar en la capital española y sí en cualquier otro club con menos exigencias.
Le apodaban "Átomo", pero se llamaba Perica Ognjenovic (Перица Огњеновић). Nació en Smederevska Palanka (24 de febrero de 1977), una ciudad perteneciente a Serbia pero que cuando él nació formaba parte de la extinta Yugoslavia.
Pese a no triunfar en España vistió las camisetas de varios clubes de fútbol europeos y llegó a defender la bandera de su país en competición internacional.
Ognjenovic con la selección yugoslava. |
Criado en una familia humilde y viviendo una tranquila infancia, el entonces joven Perica comenzó a destacar en las categorías inferiores del Mladost Goša (actualmente llamado GFK Jasenica). Con el equipo de su ciudad jugó sus primeros partidos como profesional cual polluelo da sus primeros aleteos. Con el Mladost subió mucho su nivel y fue llamado para jugar con la selección yugoslava por vez primera. Sus habilidades con el cuero y su acierto de cara al gol fueron observados de cerca por los dirigentes del Estrella Roja, por lo que el prometedor delantero serbio acabaría mudándose a Belgrado en 1994 para firmar por el club rojiblanco.
Eran tiempos bélicos y para Ognjenovic la batalla estaba sobre el verde. El jugador no paró de hacerse grande en una liga que cada vez le quedaba más raquítica y muchos clubes europeos comenzaron a interesarse por él. Los números con el Red Star lo dicen todo, pues en sus cuatro campañas como componente del mismo llegó a jugar 78 partidos en los que anotó 19 goles.
De España llegaría una oferta irrechazable. En el mercado invernal del año 1999 abandonaría la disciplina balcánica debido a que al presidente del Real Madrid (Lorenzo Sanz) sele había antojado el fichaje del fantástico futbolista serbio. La entidad madridista llegó a pagar algo más de 400 millones de las antiguas pesetas para ver a Perica Ognjenovic de blanco.
Fue presentado con desmedida ilusión por parte de la directiva merengue. Esa misma ilusión fue trasladada a la afición y, como no, al propio jugador. Pero dicha ilusión no tardaría en transformarse en decepción. Durante aquella mitad del curso 1998\99 solamente jugó un partido de Liga y dos de Copa frente al Valencia C.F., debutando oficialmente ante el último.
En su segunda etapa como madridista llegó a jugar once partidos de Liga con un Madrid que acabaría coronándose como campeón de Europa al ganar la Liga de Campeones. Poco más se puede decir de él, puesto que el club le apartaría en su última temporada hasta conseguir venderlo a otro club.
Perica se marchó cabizbajo tras fracasar en un grande de España, con el que solamente pudo hacer un gol en Copa. Así llegaría a la Bundesliga tras firmar con el F.C. Kaiserslautern, donde pasaría una corta estancia con más pena que gloria.
El resto fue dar bandazos. Perteneció a varios clubes como el Dalian Shide , Dynamo de Kiev, Angers, Selangor, Ergotelis y Kallithea. Es decir, Ognjenovic pasó por las liga china, ucraniana, francesa, malasia y griega sin llegar a demostrar ese cartel de fenómeno. Acabó jugando para el equipo de su ciudad en 2011 (GFK Jagodina). Aquella entidad que le despidió como un crack le recibió como a un hijo que fracasa en sus estudios. Una vez retirado se convirtió en representante de futbolistas a la misma vez que se sacaba el carnet de entrenador.
Perica Ognjenovic en su etapa como jugador del Estrella Roja, equipo con el que vivió su mejor momento. |
- Antes de llegar a España era un futbolista idolatrado en un país herido por la guerra. Es por ello que siempre formó parte de la selección yugoslava, desde que tenía dieciocho años. Pero Ognjenovic es de esos balcánicos que vivió contrariado la inestabilidad deportiva de su selección, que obviamente iba acorde con la problemática situación de su país. La Selección Yugoslava fue rechazada por la UEFA desde 1992, y otras selecciones balcánicas surgirían a cuentagotas.
Pero Ognjenovic reaparecería con una Yugoslavia que tan solo la formaban serbios y montenegrinos. Aquel combinado de días contados disputaría el Mundial de Francia 98 y Perica viajaría en el grupo de los últimos representantes del extinto país. En ese Mundial solo concursaría en un encuentro frente a Irán, y poco a poco se diluiría el nombre del país al mismo tiempo que el de Perica Ognjenovic. Desde entonces poco más supimos de él.
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