jueves, 29 de diciembre de 2016

¿Te acuerdas de Zoran Vulic?



- Regresamos a los ochenta para rememorar a otro clásico de la Selección de Yugoslavia. Se trata de Zoran Vulic, un defensa central zurdo nacido en Split (Croacia), el 4 de octubre de 1961. En España le conocimos sobre todo por su paso por el Real Mallorca, donde permaneció tres años jugando a muy buen nivel. Aunque Vulic ha jugado en más equipos, hay que saber que el escudo de su vida fue el del Hajduk Split, donde desarrolló casi toda su carrera.

Con un cierto parecido al actor estadounidense Chuck Norris y su juego sencillo y efectivo, Vulic se coló en mi retina para siempre. Desde que tenía uso de razón me consideré un seguidor del fútbol balcánico, y jugadores como éste tienen mucha culpa. Corpulento, contundente, eficaz y seguro. Así era este fenomenal central que, evidentemente, llegó a defender los colores internacionales de Yugoslavia.

Vulic durante su etapa en el Nantes.
- Siempre luciendo un prominente mostacho, Zoran Vulic lució su talento defensivo allá donde fue, pero este zaguero también tuvo su juventud, y ésta la vivió en el equipo de su ciudad natal.
Hijo del mítico guardameta Ante Vulic -quien otrora también jugó para Yugoslavia- Zoran quiso seguir los pasos de su progenitor. Al igual que él, se crió en Split y entró a formar parte de las categorías inferiores del Hajduk. No le sería muy difícil entrar en su primera convocatoria con el equipo de mayores, y ya con 17 años lo consiguió. Desde 1979 hasta 1988 hizo carrera en el equipo de su ciudad, el HNK Hajduk Split, con el que debutó oficialmente a los diecinueve años de edad y jugó 417 partidos anotando 84 goles. Allí alzó dos copas de Yugoslavía, las de 1984 y 1987.
Sus actuaciones con el conjunto croata no pasaron desapercibidas en el extranjero y, como Vulic ya contaba con la mayoría de edad, decidió abandonar su tierra natal para aventurarse en la Liga Española. Fue el R.C.D. Mallorca quien más interés mostró por el zaguero balcánico, y éste no se hizo derogar. Llegó a Mallorca en el verano de 1988 para unirse al equipo dirigido por su paisano Ivan Brzic.

Pero su llegada al club balear no fue coser y cantar. El jugador vivió tensos momentos al no llegar su transfer desde Split, a causa de que había sido preseleccionado por Ivica Osim para disputar los Juegos Olímpicos de Seúl y, al parecer, desde la Federación Yugoslava esperaban a que el jugador se incorporara o no finalmente a la selección para tramitarle el tránsfer internacional, como medida de presión. Zoran Vulic se iba a perder casi un mes de competición si acudía a la cita, y finalmente se solucionó todo con la eliminación de su selección en la primera fase.

En España demostró valencia y polivalencia. Llegó a ser utilizado como organizador del juego en más de una ocasión y el croata supo dar la talla. Zoran Vulic se convirtió en una pieza importante dentro del equipo mallorquinista y ayudó en el ascenso a Primera División.
Ya en Primera, disputó 33 partidos y anotó 2 goles, además de seguir dejando su particular sello de calidad. Aguantó una temporada más en el Mallorca y puso fin a su etapa en España con un total de 95 partidos en los que marcó once tantos.

Mientras la guerra sacudía su país, Vulic decidió emigrar a la liga francesa. En 1991 firmó contrato con el Nantes y allí permaneció dos temporadas mejorando sus registros obtenidos en España.
En 1993 retorna a una castigada e independizada Croacia para concluir su carrera en el equipo que le vio nacer deportivamente. Con el Hajduk Split se despidió del fútbol a los 34 años, habiendo conseguido dos Copas de Yugoslavia, dos ligas y una Copa. Posteriormente inició una carrera como entrenador,

Zoran Vulic con su amigo Faruk Hadzibegic en una concentración de la selección yugoslava.

- En su particular capítulo como internacional, Vulic disputó 25 partidos con la selección yugoslava, entre 1986 y 1991. Su debut llegó el 30 de abril de 1986, en un encuentro amistoso que acabó con derrota por 2-4 ante Brasil. En 1990 acudió al Mundial de Italia, donde demostró una vez más su polivalencia al ser utilizado como lateral derecho.
Además de jugar con Yugoslavia, nuestro protagonista también defendió los colores de la recién creada selección croata, por la que jugó durante tres años.

Zoran Vulic era el fiel reflejo de que no había diferencias entre las diferentes nacionalidades de los jugadores que formaban la Antigua Yugoslavia. Se llevó una gran amistad con bosnios como Hadzibegic o los Vujovic, macedonios como Pancev, montenegrinos como Brnovic, eslovenos como Katanec o serbios como Stojkovic. El fútbol nunca entendió de fronteras con Vulic, y aún menos de guerras.

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