- Vayamos con la segunda parte de un filme que ha arrasado en las taquillas serbias y parte del extranjero. El jueves pasado analizamos "Montevideo, bog te video!", y ahora toca conocer "Montevideo, vidimo se!" -See You in Montevideo, versión inglesa". En esta obra parecen los principales actores de la parte anterior y se añaden otros como el futbolista Yvan Beck, encarnado por el actor Ivan Zekic. También tenemos representación española merced al papel de "Dolores", desempeñado por la actriz Elena Martínez, además de Luz Casal, quien pone voz a la B.S.O. de esta entretenidísima película.
Dragan Bjelogrlic quiso culminar su excelente obra con una segunda parte que nos lleva directamente al Mundial de Uruguay 1930. En ella se refleja la odisea a bordo del buque Florida y los tres partidos internacionales de Yugoslavia contra Brasil, Bolivia y Uruguay. Este fenomenal trabajó saltó al cine en 2014.
- ¡Vidimo se!, que quiere decir ¡hasta luego!, como bien nos explica el actor Branko Djuric representando a "Paco", el operario de mantenimiento croata que tiene un relevante papel en la película de Bjelogrlic. En ella se hablan varios idiomas, mayoritariamente serbio, español e inglés. Incluso a los protagonistas se les ve expresándose en los diferentes idiomas que el film les obliga a hablar.
Tras un breve repaso a la parte anterior, el equipo nacional balcánico llega a Montevideo después de un largo viaje surcando los mares. Ya en suelo firme, los yugoslavos llegan a un hotel un tanto bajo de categoría en el que intercambian sus primeras palabras de habla hispana con los trabajadores del edificio. En él se halla "Paco", quien realmente se llama Miljenko Pakovic y es de origen croata. Entonces surge una interesante conversación entre Tirnanic, Stanoje y Pakovic en la que se cuestiona la ausencia de jugadores croatas en el combinado yugoslavo. Y es que en realidad, todos los componentes del equipo nacional yugoslavo fueron de origen serbio, algo que Dragan Bjelogrlic quiso reflejar en su obra para más realismo.
Los futbolistas comenzaron a conocer las calles de Montevideo, y entre otras cosas, se encuentran pobreza, jolgorio y amor. Tirnanic conoce a Dolores, una guapa uruguaya que solo le va a traer problemas con su hermano, un matón de poca monta que le hace la vida imposible a Tirke.
Se realiza el sorteo del Mundial ante miles de espectadores y con los jugadores entre la masa de gente. Los yugoslavos descubren decepcionados a su rival, una Brasil que por entonces ya parecía ser muy respetada futbolísticamente.
Pero los balcánicos no se amedrentaron y dieron toda una lección de fútbol a los cariocas. La victoria yugoslava originó admiración y sorpresa entre los asistentes al Gran Parque Central. Un agente de jugadores representado por el actor Armand Assante trata de corromper a parte del equipo balcánico con suculentas ofertas y prometiendo una profesión estable. Esto provocaría desavenencias entre los jugadores y sacaría la vena individualista en cada uno de ellos.
Parece que el individualismo no perjudicó tanto a Yugoslavia, que golearía por 4-0 a Bolivia en su siguiente asalto de la Copa del Mundo. El agente Hotchkins continúa desestabilizando a los futbolistas yugoslavos a sabiendas de lo que les aguardaba en semifinales, siendo Uruguay en siguiente rival a batir.
Con el enfrentamiento ante los anfitriones surgirían las dificultades. Tirke sería secuestrado por la familia de Dolores para no poder acudir a la semifinal, mientras que sus compañeros se batían en duelo en un partido de entrenamiento a causa del hechizo de Hotchkins y ante la atenta mirada del técnico Simonovic.
Hasta el ambiente en los estadios está muy bien reflejado en la película de Montevideo, vidimo se!. |
- La desaparición de Tirke hace que los jugadores se vuelvan a unir y entre todos consiguen rescatar al desenamorado atacante serbio. Más unidos que nunca juegan frente a la selección uruguaya, la hostilidad del público y el cruel arbitraje que acabaría eliminando injustamente a Yugoslavia.
Muy indignados, los balcánicos se niegan a disputar en la lucha por el tercer y cuarto puesto frente a Estados Unidos (algo que ocurrió en la realidad). En el filme se trata de ofrecer un final feliz en el que yugoslavos y americanos juegan dicho partido de manera amistosa... sin árbitros ni hostilidades.
Una vez más, he de recomendar otro gran trabajo del director Dragan Bjelogrlic. Cualquier anécdota no tiene desperdicio, como ese momento inicial del Mundial en el que los jugadores saltan al campo con las camisetas del Peñarol al no poder contar con la ropa oficial de su país, algo que finalmente se soluciona. Tampoco tiene desperdicio el ambiente del estadio y los momentos a ras de césped. Montevideo, vidimo se! ha logrado que muchos sintamos aún más pasión por el fútbol balcánico.
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