lunes, 10 de julio de 2017

¿Te acuerdas de Blagoje Marjanovic?



- Muchos lo definen como "el primer profesional yugoslavo" y esto es debido a que Blagoje Marjanovic (Благоје Марјановић) fue de los primeros futbolistas balcánicos en percibir un salario por pegarle patadas a un balón. También figura en la historia como uno de los pioneros mundialistas que representaron a su país en el Mundial de Uruguay 1930, el primero de la historia.

Éste sensacional delantero formó un equipo de ensueño junto a hombres como Aleksandr Tirnanic, Ivan Bek, Milutinac Ivkovic y Milovan Jaksic, entre otros. Su admirable pundonor y esas ganas de triunfar en un deporte tan viejo como el fútbol convirtieron su figura en leyenda.
Todos saben quien fue "Mosa" en tierras balcánicas, y muchos expertos balompédicos han leído sobre él. Hoy tengo el honor de presentaros al primer delantero "plavi" de la histora: Blagoje Marjanovic.

- Su vida deportiva fue encarnada por el actor Petar Strugar en la película "Montevideo bog te video", largometraje con segunda parte que os recomiendo a todos y que trata sobre las experiencias del combinado yugoslavo en el Mundial de Uruguay.
Pero volvamos a la vida real, aquella que vivió el gran Mosa para convertirse en uno de los mejores futbolistas de la historia. De fuerte carácter y un tanto engreído, Marjanovic creció en las afueras de Belgrado, en la calle 7 Đakovačka. Su padre era mercantil y su madre ama de casa, y juntos dieron vida a Blagoje en la capital serbia de Belgrado el 9 de septiembre de 1907. El fútbol se empezó a poner de moda por entonces, y muchos críos correteaban las calles de la capital corriendo detrás de una pelota de trapo a la que destrozaban a puntapiés. Mosa creció y empezó demostrar que tenía una habilidad increíble con el balón. Pronto se decidió para formar parte de uno de los equipos de la ciudad, así que el atacante buscó acomodo en las filas del S.K. Jugoslavija, donde jugaría sus primeros partidos para demostrar esa clase de la que tanto presumía. Y es que a Marjanovic le sobraba calidad,... o así le describían muchos periodistas serbios de la época. Como delantero no tenía igual. Excelso rematador e impredecible, disparaba con cualquier parte del cuerpo. Se dice que tiene marcado goles de con el pie, de cabeza, de tacón, con el hombro, con el pecho y hasta con el estómago. Su tipo de juego era inteligente y muy vistoso, algo que quedó plasmado en sus cinco años como jugador del Jugoslavija.

Tras jugar para el Olimpija esloveno, Mosa jugó su primer partido internacional con Yugoslavia, en un amistoso frente a Checoslovaquia que acbó con 6-2 para los yugoslavos.
En 1926 ingresó en las filas del histórico BSK Beograd, en el que tras el Mundial de Uruguay coincidiría con su eterno socio Tirnanic. Juntos hicieron un dúo letal, imparable para los defensores. Durante trece años honró a la disciplina belgradense, convirtiendo un total de 575 goles en 566 partidos.

Cabe destacar una anécdota durante su estancia en el BSK. En vísperas de un partido ante el Hajduk Split, Mosa conocería a una seguidora del conjunto croata de la que acabó enamorándose hasta unirse en matrimonio. Muchos decían que era un "playboy", un tipo muy mujeriego, pero la estrella balcánica acabaría sentando la cabeza con aquella preciosa dálmata que acabó con su fama de Don Juan.

Entre 1939 y 1941 jugó para el Čukarički, y después llegarían los tiempos difíciles. Durante la invasión alemana en Yugoslavia, Marjanovic fue capturado en el interior de una camioneta por el ejército alemán, por lo que el jugador acabaría preso en Fürstenberg.
En medio de la adversidad, en aquel campo de concentración se celebraban partidos de fútbol entre presos y militares alemanes, y Mosa participaba asiduamente demostrando esa calidad que ya había lucido en la cotizada Copa del Mundo.

Después de la guerra fichó por el Dinamo Pančevo y allí jugó durante tres años. Su último equipo sería el Proleter Osijek croata, con el que se despediría del fútbol en 1949 a los 42 años de edad. Más tarde inició una carrera como entrenador. Blagoje se hizo cargo de su querido BSK y luego viajó a Italia para entrenar al Torino y al Calcio Catania. En 1959 dirigió al Pobeda Prilep, su último club como preparador.

Marjanovic dispara ante la salida del meta checo Planicka en su primera aparición internacional. 

- Durante su carrera internacional anotó 36 goles en 57 partidos para el equipo nacional (récord ininterrumpido hasta que Stjepan Bobek le arrebató su corona con 38 goles en 63 partidos. Además de el ya citado Mundial de 1930, Marjanovic participó en los Juegos Olímpicos de 1928 celebrados en Amsterdam (Holanda).

A Mosa Marjanovic siempre se le recordará como uno de los futbolistas más simbólicos de Yugoslavia. Era un delantero que hacía los goles de tres en tres y que actuaba siempre con corazón sobre el césped. Ese corazón dejaría de latir el 1 de octubre de 1984 en su querida Belgrado, cuando el ilustre Marjanovic ya tenía 77 años de edad.

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