- Gran parte de su carrera deportiva ha transcurrido en Italia, jugando para equipos como Cremonese, Empoli o Torino, entre otros. Dividió su etapa en el país vecino participando tanto en la Serie A como en la B. El país de la bota fue un gran refugio para alguien que trató de buscar la calma una vez iniciada la terrible guerra de los Balcanes, en la que hubo demasiadas muertes.
Matjaz Florijancic (Matjaž Florijančič) nació el 18 de octubre de 1967 en Kranj. una de las ciudades más grandes de Eslovenia. Este extremo esloveno sabía moverse por las dos bandas gracias a su buen manejo del esférico con las dos piernas. Rápido, vertical y correoso, también era un gran asistente y además goleador.
Sus cualidades fueron trabajadas en la cantera del Triglav Brdo pri Kranju, equipo al que llegó a mediados de los ochenta. En 1987 se trasladaría a Croacia para fichar por uno de los mejores clubes del país, el HNK Rijeka. Debutó como profesional y permaneció cuatro brillantes temporadas en las que participó en 83 partidos de liga y anotó siete goles.
La situación política se iba tornando muy tensa en Yugoslavia y era el mejor momento para abandonar el país. Florijancic cruzó la frontera y fichó por el U.S. Cremonese, que por entonces se hallaba en la primera división italiana.
Cinco temporadas estuvo en el Cremonese manteniendo un nivel alto que le convertiría en un jugador muy querido por los seguidores del Giovanni Zini. En 1996 abandona esta entidad para seguir jugando en Italia con el Torino, donde solamente estaría durante la campaña 1996\97.
También jugó una temporada para el Empoli, Fidelis Andria, Alzano Virescit y Crotone. Alternó la Serie A con la B hasta el final de su carrera sumando un buen número de partidos hasta su llegada al F.C. Crotone, equipo en el que perdió protagonismo a causa de las lesiones y su baja forma. Con 33 años, parece que la carrera de Matjaz Florijancic iba tocando a su fin.
Tras su regreso al Alzano Virescit en 2001, Florijancic siguió en la segunda división italiana jugando para Pro Sesto, equipo con el que en 2002 puso fin a su carrera. Después inició sus pinitos como entrenador en el Rijeka croata y el N.K. Kranj (Zarica). Florijancic siguió vinculado al fútbol a ras de césped para no abandonar un espectáculo que le dio la vida.
Florijancic durante un partido con el Cremonese, cuando el equipo se hallaba en la Serie A. |
- No tuvo suerte Florijancic en su experiencia como jugador internacional, pues nunca llegó a jugar en eventos importantes. Sus mejores momentos en la liga italiana le llevó a ser internacional, llamado en 1992 por el seleccionador esloveno Bojan Prašnikar.
El extremo esloveno se mantuvo en el equipo nacional entre 1992 y 1999, acumulando veinte apariciones en las que anotó un gol. Eslovenia se quedó si participación en las Eurocopas de Suecia 92 e Inglaterra 96, y tampoco asistió a los Mundiales de Estados Unidos 94 y Francia 98. Fue en los siguientes años cuando el país natal de Florijancic tuvo participación, tanto en la competición europea como en la mundial, pero Matjaz ya estaba terminando su carrera por entonces.
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