Barcelona 92: Un reto imposible.

- Tengo que volver a un año clave para la desaparición de la selección de Yugoslavia e incluso otros deportistas de otras modalidades que soñaban con participar en uno de los eventos más importantes de la historia: los Juegos Olímpicos.
Ésta vez tocaba en la ciudad española de Barcelona, y muchos deportistas yugoslavos tenían en mente competir en estas Olimpiadas que coincidieron con la Eurocopa de Suecia, a la que la selección balcánica tampoco pudo acudir.

El conflicto bélico de Yugoslavia hizo que el Comité Olímpico Internacional negase la participación de un país en llamas y que se empezaba desintegrar para dar vida a otros países que sí competirían en las Olimpiadas de la Ciudad Condal.

En lo que al fútbol se refiere, había constancia de una selección con los días contados en la que figuraban jugadores de la talla de Robert Prossinecki, Zvonimir Boban, Vladimir Jugovic y Predrag Mijatovic, entre otros.
Aquellos muchachos sabían competir, pero también eran conscientes del odio que se había despertado entre las diferentes regiones yugoslavas. Aquella selección ya no competiría como siempre, y croatas, bosnios, serbios, eslovenos y otros gentilicios no hubieran podido disimular y mirar para otro lado mientras en los Balcanes había serios problemas.

Yugoslavia tenía un gran equipo para competir. Países como Italia, México, Colombia o la anfitriona España aguardaban a un equipo que nunca llegaría a jugar en los diferentes estadios barceloneses que servirían de campo de batalla para las diferentes selecciones participantes, en total dieciséis equipos nacionales.

Aquellas Olimpiadas se perdieron la participación de grandes deportistas, pues además de la selección de fútbol, tampoco competiría la de baloncesto, que por entonces era una de las más fuertes del mundo. Ni en tenis, ni en balonmano, ni en natación, ni en atletismo... Yugoslavia fue privada de competición.
Muchos deportistas tuvieron que aceptar la decisión del COI tras estar aguardando una contestación positiva, la cual nunca llegó. La solución sería dejar participar a los países independizados bajo el nombre de "Equipo Independiente", y en caso de victoria sonaría el himno olímpico en lugar del "Hej Sloveni" (himno yugoslavo).

Ya no hubo más Yugoslavia. A los Juegos de Barcelona acudieron 10 bosnios, 41 croatas, 35 eslovenos y 59 miembros del Participante Olímpico Independiente entre los que figurarían serbios, montenegrinos, macedonios y kosovares. Esa fue la solución del Comité Olímpico.

Volviendo al fútbol, la selección española de los Kiko, Guardiola, Alfonso y Luis Enrique, entre otros, no tuvo que medirse a la temible escuadra yugoslava y acabó proclamándose campeona para conquistar el oro en los Juegos Olímpicos de los que hacía de anfitriona.
No hubo representación balcánica en cuanto a la modalidad del balompié. No jugaron ni Croacia, ni Bosnia, ni Eslovenia, y tampoco se construyó ese "Equipo Independiente" en el que hubieran tenido sitio muchos futbolistas ex-yugoslavos.

Momento de la ceremonia inaugural de las Olimpiadas de Barcelona 92.

- Quizás Yugoslavia hubiera podido hacer lo mismo que la selección soviética con la CEI (CIS), que creó dicho equipo nacional para poder competir en la Eurocopa de Suecia aquel mismo año. Ahora es cuando entiendo que era algo totalmente imposible. Yugoslavia no podía tener su CEI, puesto que tanto odio entre etnias y religiones hubiera acabado en unas Olimpiadas desastrosas.

Yo no he vivido en aquella sangrienta Yugoslavia, pero es fácil entender como algunos deportistas vivieron la situación si vemos una película llamada "Disparo al corazón", en la que se tratan estos temas olímpicos y muchos más. Os recomiendo este filme de David Attwood que además podéis conseguir en su versión en castellano. Menuda selección de fútbol se perdió Barcelona en aquellos JJ.OO. del 92.