- Jugador polifacético donde los hubiere, Dado Prso podía llegar a marcar cuatro goles en un partido o cambiarte la junta de culata de tu vehículo, ya que antes de ser uno de los mejores delanteros salidos del bello país croata se empleó como mecánico en un taller.
Pero la carrera de este gigantesco delantero de metro noventa quedó marcada por varias cuestiones. Una de ellas a tener en cuenta fue su precipitada marcha del país a consecuencia de las presiones políticas en los tiempos bélicos de la antigua Yugoslavia, y otra sus frecuentes salidas nocturnas.
Con sus pros y sus contras, Prso fue un delantero único, un goleador nato que enamoraba a los más futboleros, entre los que me incluyo. Además de defender los intereses de varios clubes balcánicos, ha llegado a jugar para equipos como el Mónaco o el Glasgow Rangers, aunque estoy seguro de que podría haber llegado más lejos.
- Realmente se llama Miladin Prso, aunque le llamaban "Dado" porque es el diminutivo de su nombre (Dado Pršo), y no porque fuera un magnífico jugador de parchís... Aunque nunca se sabe, lo mismo era bueno hasta en eso.
Nació en Zadar (Croacia) el 5 de noviembre de 1974. Se dice que tuvo un pasado violento, y aún se pondría peor cuando tuvo que soportar las duras consecuencias de la guerra de Yugoslavia.
Ya desde los cinco años jugaba al fútbol, y a comienzos de los ochenta se incorporó al Bagat. También jugó para el Zadar y el poderoso Hajduk Split, pero el salto profesional lo daría como jugador del Pazinka en 1992. Con este equipo marcaría sus dos primeros goles como profesional y no tendría la oportunidad de jugar más de 26 partidos en la nueva Prva HNL, ya que por cuestiones políticas se vio obligado a abandonar el país.
Aún le quedaba mucho por demostrar. Prso era un grandísimo delantero, y no solo lo digo por su asombrosa envergadura, claro está. De espaldas era muy bueno, sus remates de cabeza letales y en el uno contra uno era todo un peligro, un auténtico tanque croata que en lugar de atacar con munición de guerra lo hacía a balonazos.
Con menos de veinte años llegó a Francia, donde hizo de trotamundos. Participó en las concentraciones de varios equipos, pero nadie le quería. Entonces tuvo que empezar de cero. Dado fichó por el Rouen, un modesto club de la tercera división francesa con el que solo jugó una decena de partidos.
Prso empezaba a aceptar su muerte deportiva mientras se desahogaba saliendo por las discotecas de de la adinerada costa de Normandía: "Me convertí en un golfo, en un hombre de la noche y las discotecas" -reconoció el croata, que incluso llegó a superar los cien kilos de peso.
Todo cambió cuando una noche conoció a la que es hoy en día su esposa. Juntos se trasladaron a Saint Raphäel, en el sur, y allí comenzó una nueva vida jugando para el equipo de la ciudad, con el que marcó siete goles en apenas veinte partidos.
En uno de aquellos partidos con el Stade Raphaelais hizo acto de presencia el ex-seleccionador y entonces ojeador del A.S. Mónaco, Gérard Banide, quien insistió en llevarse al jugador al centro de formación del club, en el que coincidió con David Trezeguet.
Dado fichó por el conjunto monegasco en 1996, pero el técnico Jean Tigana aún vio verde al croata, así que desde el club decidieron enviarle cedido al Ajacio, donde convirtió 21 tantos en 53 partidos. Así se ganó Prso el billete de vuelta a la entidad de Louis II.
Fue así como este futbolista pasó de compaginar su empleo como mecánico con el fútbol modesto a codearse con las mayores estrellas del balompié europeo. Llegaron sus buenos tiempos como goleador y campeón, ya que con el Mónaco conquistó la liga francesa en 2000 y la Copa en 2003.
Hablamos de ese mismo Prso que le endosó cuatro goles al Deportivo de La Coruña para celebrar su cumpleaños en un partido de la Champions League que acabó con una de las mayores goleadas del prestigioso torneo (8-3). El Mónaco llegó a la final de aquella edición, pero el Oporto se encargó de destruir el sueño de los franceses.
Pero otro infortunio se interpondría entre Dado y el éxito. A causa de una malformación en una pierna, el doctor Jaeger le sometió en Estrasburgo a una osteotomía tibial en diciembre de 2002. Es decir, le rompieron a propósito el hueso para ajustárselo al eje de la pierna y curarle. "Pensé que no volvería a jugar más", dijo Prso, que estuvo diez meses de baja.
Sin embargo continuó jugando, y lo hizo hasta cumplir su octava temporada en el conjunto del Principado, dejando unos registros de 101 partidos y 28 goles. Miladin dejaría el Mónaco, pero no el fútbol.
En 2004 se marchó a Escocia para seguir disfrutando de su deporte favorito. Fichó por los Rangers de Glasgow, equipo en el que permaneció tres temporadas para hacer 31 goles en 94 partidos. En el mes de junio de 2007 anunció su retirada del fútbol, abandonando el Ibrox Stadium con lágrimas en los ojos y amado por la afición de los Rangers.
Durante sus tres años como internacional, Prso acudió a la Eurocopa de Portugal y al Mundial de Alemania. |
- Me estoy imaginando a Dado Prso cuatro años antes de debutar con la selección de Croacia. Un tipo en el fútbol modesto francés que trabaja en un taller arreglando vehículos y que con los inicios del nuevo milenio ve como cambia completamente su vida como jugador del Mónaco.
Prso debutó con el combinado arlequinado un 29 de marzo de 2003 y ya en 2004 participó en la Eurocopa de Portugal 2004, teniendo minutos en tres partidos del torneo y marcando un tanto ante Francia. También acudió a la cita mundialista de Alemania 2006, aunque en esta no tuvo una participación muy destacada. En total jugó 32 partidos internacionales para Croacia e hizo nueve goles.
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